Mi padre me dijo que leyera mucho ante todo. Sobre todo que viera en la lectura no una obligación sino un goce. Creo que la frase de “lectura obligatoria” es un contrasentido. La lectura no es obligatoria, debemos hablar de placer obligatorio ¿por qué? el placer no es obligatorio, el placer es algo que buscamos. La felicidad no es obligatoria, la felicidad la buscamos también. Yo he sido profesor de literatura inglesa durante veinte años en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Y siendo profesor he aconsejado a mis estudiantes que si un libro les aburre, déjenlo, no lo lean porque es famoso, no lean un libro porque es moderno, no lo lean porque es antiguo, si un libro es tedioso para ustedes déjenlo, aunque ese libro sea “El paraíso perdido” (para mí no es tedioso), o “El Quijote” (para mí tampoco es tedioso), pero si un libro es tedioso para ustedes no lo lean, ese libro no ha sido escrito para ustedes. La lectura ha de ser una forma de felicidad. De modo que yo aconsejaría, a esos posibles lectores de mi testamento (que no pienso escribir), les aconsejaría que leyeran mucho, que no se dejaran asustar por la reputación de los autores. Que leyeran buscando la felicidad personal, un goce personal. Es el único modo de leer.
Grábenselo a fuego.
Estoy totalmente de acuerdo con el señor Borges...
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